viernes, 4 de enero de 2013

La amargura del capitán Yen

Hoy he visto una de las pocas cintas que me faltaba por ver de la filmografía de Frank Kapra. “La amargura del capitán Yen”. Película del 37 que nos sitúa en plena guerra civil China, con misioneros occidentales de por medio. Lo cierto es que la película me ha sorprendido positivamente, acostumbrado al cine edulcorado y patriota de Kapra, esta es una cinta cinta extraña que se aleja totalmente de otras de sus peliculas. El principio del film parece el propio de una película de propaganda yanqui de los años treinta, las escenas y comentarios describiendo el carácter cruel y traicionero del chino se suceden, con lo cual yo esperaba tres horas de moralina norteamericana, relatándome las maldades de alma del amarillo comunista, frente a la superioridad moral del anglosajón y su puritanismo cristiano. Esa es la idea que se trasmite como digo solamente al comienzo del film. Por si fuera poco los dos protagonistas de la película parecen encarnar valores antagónicos׃ el general Yen , es un sátrapa local, taimado e inteligente cuyo único interés es enriquecerse, para ello no duda en someter, asesinar a su pueblo y asociarse al corrupto hombre blanco, para rematar la cosa, el actor que interpreta a Chen, Nils Asther, lleva a cabo una caracterización soberbia, tanto fisica como interpretativa, dotando de convicción a esa caricatura estereotipada que todavia hoy dia se tiene sobre los chinos en Occidente. La chica, una jovencísima y rabiosamente bella Barbara Stanwyck, representa la inocencia y la igualdad que promueve entre los hombres el buen samaritano, en definitiva toda la historia parece girar en torno al maniqueo y eterno conflicto entre el moralista occidente y el mundo pagano de Asia, dualismo tan remanido en el cine posterior de los agnos 40, tras el imparable auge del comunismo en el gigante asiático. lo sorprendente es como a medida que avanza la historia, estos dos mundos antagónicos comienzan a entrelazase en una historia de amores imposibles, en donde Kapra introduce grandes dosis de ambigüedad y contradicción en los protagonistas, oriente queda embelesado por la piedad del cristianismo de occidente, y al contrario, el oeste es seducido por el exotismo y refinamiento del lejano oriente, acercamiento que a la vez produce alejamiento, por tratarse de dos culturas tan diferentes.

 La pelicula tiene ciertas reminiscencias con "Lost Horizon", otra rara avis dentro de la filmografia de Kapra, en ambas el director e muestra un enamorado de la cultura asiatica, distanciandose del folklorismo superficial de otros directores, en Kapra se aprecia un sincero interes por acercarse a esas gentes del otro extremo del mundo. De esta manera los decorados y los trajes chinos son convincentes, evidenciando una cierta labor de documentacion que es de agradecer, impagables son los decorados del palacio de Yen, dotados de un embriagador exotismo muy en consonancia con el personaje. El desenlace no deja dudas de que no estamos ante otra típica cinta, que Kapra sella con esos edulcorados finales, de esos que a todos no encantan y nos dicen que al final el pueblo es bueno, y el capitalista muy malo, “La amargura del capitán Yen” concluye de manera abrupta, sin concesiones al final de algodon de azucar, cerrando a la perfeccion una de esas raras obras, que al verlas, nos dejan la mirada un poco más turbia, para al mismo tiempo, dejarla un  poco mas limpia.

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